martes, 19 de septiembre de 2017

"MUJER"...ANÁLISIS DE UN HOMBRE..






A las mujeres solo... 

hay que entenderlas








Le haces el amor, te la coges, te la das, 

¿y qué sigue? Sigue cada uno cambiarse 

de ropa, tomar una ducha porque aún hueles 

a piel ajena. Si es motel, cada uno por su lado.


 Si es tu casa, toca tender las sábanas. 

Si la quieres, le preparas el desayuno. 

Si aún no la quieres, síguetela cogiendo,

eventualmente le tomarás cariño. 


Si aún no sabes cómo le gusta el café, 

cómo le gustan los besos, sus zonas 

sensibles, si no sabes esos problemas 

que la acogen, sus miedos más profundos

 o sus sueños, en definitiva, aún no te la

coges lo suficiente. Si se va de madrugada 

o en la mañana, no te confundas, 

no lo hace por protocolo o porque esté 

ocupada, simplemente no tiene ganas 

de quedarse. Si compartes cama con una

 mujer y no vuelve, algo estás haciendo 

mal y no tiene nada que ver con el tamaño

 de tu miembro o cómo coges, sino quizás

 no la comprendes, no la escuchas, no la

 haces reír o no se siente segura contigo. 







Es que así es, hasta las que se autodenominan 

"putas" tienen al menos una cama a la que siempre

 regresan, una casa donde pueden despertar con

 su desayuno favorito, un café, una sonrisa y la 

seguridad de que ahí, siempre será bienvenida. 


A las mujeres siempre hay que tratarlas con 

cariño, aunque digan que no les gustan esas 

cosas, aunque se las den de muy cabronas. 








La cosa va así, te la coges como si la odiaras,

 pero despiertas como si la amarás, pregúntale

 cómo le gusta el café y pídele que se quede, 

que hay mucho tráfico, que afuera está 

lloviendo o yo qué sé. Invéntate una excusa 

cualquiera, ofrece una de tus camisas como

 pijama, recuéstate a su lado, dale su café, 

mírala a los ojos y hazle preguntas hasta 

que te canses. Te puedo asegurar, que una 

vez que empiece, no vas a hacer que se calle, 

porque siempre se la habían cogido y ya 

ningún hombre se preocupó por la mañana.









 Eventualmente tendrá que irse como todo 

lo bueno que llega a nuestra vida, y se irá con

 los ojos brillando, con una sonrisa que no se la

 aguantará nadie. Regresarás a tus hábitos, a tu

quehaceres, a tu vida que ahora se siente diferente, 

pero no pasará mucho tiempo, tu teléfono vibrará 

y será ella en forma de mensaje, un mensaje que 

las cabronas no mandan: "Te extraño ", así a secas, 

y no sabes cuánto le costó escribirlo. 


Entonces tiendes tu cama, preparas la cafetera

 y sonríes porque es inevitable no quererla, 

aunque sea un poquito.


Paris Goico.



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