jueves, 30 de junio de 2016

MADRE TERESA DE CALCUTA, SABIA MUJER!!


Una mujer fenomenal











“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. 



De pequeña estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa 

de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor 

de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre 

los pobres. “Dios ama todavía al mundo y nos envía 

a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los 

pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor 

por Él y ardiendo con un único deseo:“saciar su sed de amor 

y de almas” .


Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 

1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los 

Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, 

recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su 

Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la 

Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera 

Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La 

repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho 

años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. 

Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente 

en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, 

Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del 

Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.



Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse 

misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para 

ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, 

conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el 

nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). 








En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a 

Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros 

votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la 

comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la 

Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana 

Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como 

ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la 

eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. 

Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del 

centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de 

arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, 

los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron 

impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, 

altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un 

talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre 

sus compañeras con fidelidad y alegría. 



El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a 

Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió 

su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de 

una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se 

apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se 

convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas 

semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús 

le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de 

amor” que “irradiasen a las almas su amor”.Ven y sé mi 

luz”Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por 

el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él 

el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que 

fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, d

edicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron 

casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre 

Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 

1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y 

atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en 

el mundo de los pobres.






Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras 

en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró 

alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de 

diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las 

familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano 

enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que 

se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada 

día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de 

casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús 

en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se 

ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, 

una a una, sus antiguas alumnas. 



El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la 

Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras 

de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa 

comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El 

Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la 

Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir 

una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las 

fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los 

continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la 

década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos 

los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, 

Albania y Cuba.






Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los 

pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la 

Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, 

en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres 

Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitò 

solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. 

Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores 

Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y 

nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, 

sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de 

amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la 

Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos 

sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 elMovimiento 

Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de 

santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su 

carisma y espíritu. 



Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a 

fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. 

Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri 

en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz 

en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de 

comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés 

cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente 

atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”. 



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Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la 

alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona 

humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y 

amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, 

existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo 

después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a 

los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la 

experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de 

separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a 

un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma 

llamó“oscuridad” a su experiencia interior. La “dolorosa 

noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a 

su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, 

condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con 

Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el 

doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la 

desolación interior de los pobres.



Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más 

graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su 

Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la 

Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 

4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 

123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a 

su recién elegida sucesora como Superiora General de las 

Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo 

viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el 

Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas 

semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla

 e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena 

de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el 

honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en 

la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se 

convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para 

gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres 

indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe 

sólida, de una esperanza invencible y de una caridad 

extraordinaria. 






Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella 

una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un 

símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la 

sed de amor de Dios.



Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido 

de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le 

atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de 

Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó 

los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro 

obtenido por intercesión de Madre Teresa.

    

Frases



Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve

 blanco. Los días se convierten en años.


Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción 

no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.

Detrás de cada logro, hay otro desafío.

Mientras estés viva, siéntete viva.

Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.

No vivas de fotos amarillas.

Sigue aunque todos esperes que abandones.

No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.

Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

Cuando por los años no puedas correr, trota.

Cuando no puedas trotar, camina.

Cuando no puedas caminar, usa el bastón.


¡¡PERO NUNCA TE DETENGAS!!





   (Madre Teresa de Calcuta)




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