lunes, 20 de marzo de 2017

INVENTOS DE MUJERES QUE REVOLUCIONARON EL MUNDO








11 inventos 

extraordinarios 

creados por mujeres 

que quizás no

 conoces





Son inventos que revolucionaron el mundo.
Muchos de ellos han salvado vidas. Otros 
 la hecho más simple .

 11 inventos creados por mujeres 
 innovadoras de diferentes épocas.


1. Tiras reactivas de orina
El trabajo de Helen Free en el campo de 
la química revolucionó las pruebas para
 diagnosticar enfermedades y detectar el 
embarazo en el laboratorio y 
en los hogares.

Free desarrolló, junto a su esposo Alfred,
 las tiras reactivas que son usadas en todo 
el mundo para monitorear la diabetes al 
revelar la presencia de glucosa en la 
orina del paciente.

Se trata de unas cintas de pocos milímetros 
de ancho, impregnadas de sustancias químicas,
 que al entrar en contacto con los compuestos 
presentes en la orina reaccionan a cualquier 
cambio patológico.

En 1956, la científica estadounidense, quien 
nació en 1923, lanzó al mercado las primeras
 tiras reactivas colorimétricas con el nombre 
de Clinistix, un avance importantísimo en el
 análisis rápido y efectivo de concentraciones
 de glucosa en la orina.

Estas pruebas no sólo han tenido un gran 
impacto en los análisis de orina, sino también 
en los estudios de sangre.


2. Fármaco contra la leucemia
Según el Salón de la Fama de los Inventores 
de Estados Unidos, Gertrude B. Elion inventó 
el medicamento contra la leucemia conocido 
como 6-mercaptopurina y los fármacos 
que facilitaron los trasplantes de riñón.

Nacida en 1918 en Estados Unidos, de padres
 lituanos, esta bioquímica comenzó a investigar 
los antagonistas de bloques de ácido nucleico. 
Sus estudios la llevaron a sintetizar 6-
mercaptopurina y otro fármaco contra
 la leucemia llamado 6-tioguanine.

“La expansión de su investigación la condujo 
al Imuran, un derivado del 6-mercaptopurina 
que bloqueaba el rechazo del cuerpo a tejidos
 externos. Usado con otras medicinas, Imuran
 permitió los trasplantes renales de donantes 
no emparentados”, señala el Salón de la Fama 
de los Inventores.

La farmacóloga también lideró el equipo
 que permitió el desarrollo de medicinas para 
tratar la gota y un antiviral para combatir 
las infecciones causadas por el virus 
del herpes.

En 1988, el Premio Nobel de Fisiología 
y Medicina le fue concedido a Elion, 
James W. Black y George H. Hitchings 
“por sus descubrimientos sobre principios
 clave en el tratamiento con fármacos”.

“Por casualidad conocí a un químico que estaba
 buscando a un asistente de laboratorio. Aunque 
no podía pagarme un salario en esa época, decidí
 que la experiencia bien valía la pena”, dijo 
la científica en un texto autobiográfico que
 publica en su página web el Premio Nobel.

“Me quedé ahí por un año y medio y finalmente
 estaba ganando la magnífica suma de US$20 a 
la semana. Ya había ahorrado un poco de dinero 
y, con la ayuda de mis padres, entré a la escuela 
de posgrado de la Universidad de Nueva York 
en el otoño de 1939. Era la única mujer en mi 
clase de química, pero a nadie parecía importarle
 y a mí no me extrañaba”, escribió la científica
 que murió en 1999.


3. Método para mejorar negativos
 fotográficos
En 1978, la Asociación para el avance de las
 Invenciones y las Innovaciones de Estados 
Unidos eligió a la química Barbara S. Askins
 como la inventora nacional del año por haber
 creado un proceso totalmente nuevo para 
restablecer el detalle en los negativos de 
fotografías que habían sido subexpuestos.
Ese mismo año, Askins patentó dicho método, 
el cual le permitía mejorar las fotos usando 
materiales radiactivos.

La NASA la había contratado en 1975 
para hallar una mejor manera de revelar 
fotos astronómicas y geológicas tomadas
 desde el espacio.

El objetivo era obtener imágenes en las que 
los detalles pudieran verse con claridad, pues
 muchas veces se aparecían borrosos y con 
una definición muy pobre.

Fue así como Askins, quien nació en 1939,
 hizo visible lo que no se podía ver en las fotos. 
Sin su invento, dichas imágenes hubiesen sido
 inútiles, asegura la NASA en su página web.

El invento, explica esa organización, “fue tan 
exitoso que sus usos se expandieron más allá de 
la NASA para conseguir mejoras en la tecnología
 de los rayos X y en la restauración de 
fotos antiguas”.


4. “Calculadora gráfica” para resolver 
problemas de transmisión de energía
A Edith Clarke, quien nació en 1883 en 
Estados Unidos, se la considera una pionera
 de la ingeniería eléctrica y de la computación.
“Inventó una calculadora gráfica que simplificó
 en gran medida los cálculos necesarios para
 determinar las características eléctricas de largas
 líneas de transmisión de electricidad”, indica 
el Salón de la Fama de los Inventores de Estados Unidos.
Clarke fue una autoridad en la manipulación
 de funciones hiperbólicas, circuitos 
equivalentes, análisis gráfico y sistemas 
de energía eléctrica.
La científica presentó la solicitud de patente 
de su invento, la calculadora Clarke, en 1921
 y le fue otorgada en 1925.
“La carrera de ingeniería de Edith Clarke
 tuvo como tema central el desarrollo y la
 diseminación de métodos matemáticos que 
tendieron a simplificar y reducir el tiempo 
empleado en cálculos laboriosos para resolver
 problemas de diseño y operación de sistemas
 de energía eléctrica”, explica el Doctor
 James E. Brittain en su ensayo 
“From Computer to Electrical Engineer – 
The Remarkable Career of Edith Clarke” 
(“De la computación a la ingeniería eléctrica: 
la extraordinaria carrera de Edith Clarke).
“Ella tradujo lo que muchos ingenieros veían 
como métodos matemáticos esotéricos en 
gráficos o en formas más simples, en una 
época en la que los sistemas de energía se
 iban volviendo más complejos y cuando 
los esfuerzos iniciales se enfocaban en 
desarrollar ayudas electromecánicas 
para resolver problemas”, indica Brittain.

Clarke fue la primera ingeniera eléctrica 
en ser empleada profesionalmente en Estados
 Unidos y la primera profesora a tiempo 
completo de ingeniería eléctrica del país.
 Murió en 1959.


5. Vidrio no reflexivo
Las investigaciones de Katharine Blodgett 
e Irving Langmuir crearon una nueva 
disciplina científica al experimentar con 
monocapas, películas orgánicas con una sola 
molécula de espesor, y han tenido aplicaciones
 prácticas en campos tan variados como la
 conversión de la energía solar y la fabricación
 de circuitos integrados.

“Como asistente de investigación en 
General Electric, Blodgett hizo seguimiento 
al descubrimiento de Langmuir, que consistía
 en que una capa única de superficie de agua 
podía ser transferida a un sustrato sólido. 

Años después, ella encontró que el proceso
podía ser repetido para crear una pila de
 múltiples capas de cualquier espesor”, explica 
el Salón de la Fama de Inventores de 
Estados Unidos.

Blodgett, quien nació en 1898, profundizó
su trabajo y creó recubrimientos no reflexivos
 de múltiples capas de vidrio. Eso llevó a que
 produjera el primer vidrio 100% transparente 
del mundo o, como señala la organización,
 el primer vidrio “verdaderamente invisible”.

“El vidrio no reflexivo eliminó la distorsión 
de la luz que se reflejaba en una gran variedad
 de equipos ópticos incluyendo lentes de sol,
 telescopios, microscopios, cámaras
 y proyectores”.

En 1940 obtuvo la patente de su invento, 
que se conoce como Langmuir-Blodgett Films, 
en Estados Unidos.

Blodgett también fue la primera mujer en 
obtener un doctorado en física en la 
Universidad de Cambridge. 
Murió en 1979.


6. Tamices moleculares que son
 fundamentales en la refinación
 del petróleo
Hablar de Edith Flanigen es hablar de refinar
 el petróleo de una manera más eficiente, limpia 
y segura. De hecho, su invento ha sido clave en
 la producción de gasolina en todo el mundo.

En 1956, la química estadounidense “empezó 
a trabajar en la tecnología emergente de tamices
 moleculares, estructuras cristalinas microporosas
 con grandes volúmenes internos de vacío y
 poros de tamaños moleculares”, explica 
el Salón de la Fama de los Inventores
 de Estados Unidos.

“Estos compuestos pueden ser usados 
para purificar y separar mezclas complejas
 y catalizar o acelerar el ritmo de las reacciones
 de los hidrocarburos y tienen una amplia
 aplicación en la refinación del petróleo 
y las industrias petroquímicas”.

En 2004, el Instituto de Tecnología de 
Massachussetts (MIT, por sus siglas en inglés)
 le otorgó el premio Lemelson-MIT por sus logros
 revolucionarios en la tecnología de zeolitas
 y tamices moleculares.

Flanigen lideró un equipo de investigadores 
que descubrió “(…) más de dos docenas 
de estructuras de tamices moleculares y 
200 composiciones, muchas de las cuales 
han sido comercializadas en el refinamiento
 del petróleo y los procesos petroquímicos 
para reducir los costos de energía y el 
desperdicio industrial”, señaló el MIT.

Nacida en 1929, Flanigen es la dueña 
de 108 patentes de Estados Unidos y entre
 las múltiples aplicaciones de sus investigaciones
 están la purificación del agua y el 
saneamiento ambiental.


7. Máquina para hacer bolsas de papel
La estadounidense Margaret Knight, quien 
nació en 1838, pasó a la historia por haber
 inventado la máquina para hacer bolsas 
de papel de fondo plano.

“La invención de Knight revolucionó la industria
 de la bolsa de papel al reemplazar el trabajo de 
30 personas con una máquina”, dice el Salón 
de la Fama de los Inventores de Estados Unidos.

De forma automática, su máquina cortaba el papel,
 lo doblaba y pegaba las partes señaladas 
para crear la bolsa.

“Antes de que Knight inventara la máquina, 
las bolsas con el fondo plano sólo se podían
 hacer manualmente y a un gran costo”, indica
 la organización.


Su invento fue usado en todo el mundo y 
permitió la producción masiva de ese tipo 
de bolsas. De hecho, una variación de su 
máquina todavía era usada a fines
 del siglo XX.

Entre 1870 y 1915, a Knight se le concedieron
 patentes de al menos 26 inventos más.
 Murió en 1914.



8. Pañal desecheable
Aunque en 1951 a la estadounidense Marion
 Donovan se le otorgó la patente por haber 
creado una cubierta impermeable para pañales, 
esta arquitecta de la Universidad de Yale 
es reconocida mundialmente como la madre 
del pañal desechable.



En 1998, cuando Donovan murió, el 
periódico estadounidense The New York 
Times escribió en su obituario: “Tenía 81 
años y había ayudado a encabezar una 
revolución industrial y doméstica al 
inventar el precursor del 
pañal desechable”.

“Impulsada por la tarea frustrante y 
repetitiva de cambiar los pañales de tela sucios,
 la ropa y las sábanas de la cama de su hijo, 
Donovan creó una cubierta para pañal que le 
permitía mantener a su bebé seco”, cuenta 
el Salón de la Fama de los Inventores 
de Estados Unidos.

“A diferencia de otros productos en el mercado, 
el suyo fue hecho con una tela que permitía que 
la piel del bebé respirara y también incluía
 unos botones en vez de imperdibles”.


Donovan llamó su invento Boater, pero, 
en un primer momento, recibió el rechazo
 de los fabricantes.

Por esa razón, decidió comercializar su capa
 ella misma y, tras recibir la patente, le vendió
 los derechos a una corporación
 por US$1 millón.

Años después, el ingeniero industrial
 Victor Mills, quien trabajaba en
 Procter&Gamble, lideraría el equipo
 que produjo el primer pañal desechable 
para el mercado como se 
conoce hoy en día.


9. Señalización marítima con bengalas
“En una época en la que las mujeres parecían
 hacer poco más que mantener la casa y criar 
las familias, Martha Coston estaba ocupada
 salvando vidas al perfeccionar el sistema 
nocturno de señalización de bengalas”, 
destaca el libro “The Inventions of 
Martha Coston” (“Los inventos de 
Martha Coston”), de Holly Cefrey.

Coston desarrolló un sistema de destellos
 pirotécnicos, con base en unos bocetos dejados 
por su esposo antes de morir, para que los barcos
 pudieran comunicarse entre sí y con el personal 
en tierra en la oscuridad y cuando los 
separaban grandes distancias.

Coston le vendió el sistema, que consistía 
en destellos rojos, blancos y verdes, a la 
marina de Estados Unidos.

“El sistema de comunicación nocturna le dio 
a la Unión una ventaja decisiva en el Guerra 
Civil y la compañía Coston, fundada para 
producir las bengalas, se mantuvo en el 
negocio hasta el final del siglo XX”, 
explica el Salón de la Fama de los 
Inventores de Estados Unidos.

Coston, quien nació en 1826 y murió 
en 1904, pasó 10 años desarrollando
 el sistema antes de patentarlo en 1859.

“El sistema de códigos y señalización 
con bengalas Coston fue usado por el 
Servicio de Socorro y el Servicio 
Meteorológico de Estados Unidos, 
instituciones militares en Inglaterra, 
Francia, Holanda, Italia, Austria, 
Dinamarca y Brasil, buques mercantes
 comerciales y yates privados”, indica 
la organización estadounidense.



10. Limpiaparabrisas
A Mary Anderson se le ocurrió la idea 
del limpiaparabrisas cuando viajaba en 
un tranvía por Nueva York en un día de
 nieve a principios del siglo XX.

“Anderson observó que los conductores 
de tranvías con frecuencia tenían que 
abrir sus ventanas para poder ver en
 medio del clima inclemente, algunas
 veces incluso debían detener el tranvía 
y salir para limpiar la ventana”, cuenta 
el Salón de la Fama de los Inventores
 de Estados Unidos.

“Su idea consistió en una palanca 
dentro del vehículo que controlaba 
un brazo equipado con una escobilla de goma.

 La palanca, con un contrapeso para mantener
 el brazo limpiador en contacto con la ventana,
 podía mover la escobilla a través del parabrisas
 para así eliminar la lluvia o la nieve”.

Según la organización, con su patente de 1903
 el invento de Anderson fue el primer dispositivo
 eficaz para limpiar parabrisas.

Anderson nació en 1866 y murió en 1953.


11. La superfibra Kevlar
Stephanie Kwolek fue una química 
estadounidense de origen polaco que en
 1965 descubrió una rama increíble de 
polímeros cristalinos líquidos.

La científica, que nació en 1923, 
“se especializó en procesos de temperaturas 
bajas para la creación de cadenas moleculares
 largas, lo que condujo al descubrimiento de
 fibras sintéticas a base de petróleo de gran
 rigidez y resistencia”, indica el Salón 
de la Fama de Mujeres de Estados Unidos.

La fibra más famosa que resultó de sus 
investigaciones fue el poliparafenileno 
tereftalamida o Kevlar, una fibra de
 polímero cinco veces más fuerte
 que el acero.

Se trata del tejido de alta resistencia 
que es usado en todo el mundo para fabricar 
cientos de productos como chalecos antibalas,
 cables de fibra óptica, partes de aviones, 
cascos, canoas.


“Sabía que había hecho un descubrimiento”, 
dijo Kwolek en una entrevista. “No grité 
‘Eureka’ pero estaba muy emocionada, al
 igual que todo el laboratorio, y la dirección
 también estaba emocionada porque 
estábamos ante algo nuevo y diferente”.


Además de salvar vidas en todo el mundo, 
el poderoso tejido que desarrolló Kwolek 
genera cientos de millones de dólares en ventas
 anuales en todo el planeta, como lo destaca 
el Salón de la Fama de los Inventores
 de Estados Unidos.

Sus investigaciones científicas también
 hicieron que a Kwolek se le otorgaran
 17 patentes en Estados Unidos, entre ellas, 
por supuesto, la del Kevlar.


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