Cuidado al valorar a una mujer !!!
Cada semana tengo el placer de leer los artículos de un
caballero que nos hace sentir a todas las que lo leemos,
orgullosas de pertenecer al hermoso genero que nos
caracteriza, ser mujer.
Esta vez en realidad lo encontre tan parecido a nosotras
que como algunos otros, decidi compartir el maravilloso
concepto que tiene mi gran y apreciado amigo
Ing. Ramon Leonardo.
Leamos..
Oh Dios!!! que compromiso, tener que escribir en torno
a este tema, violentar tabúes, precipitar expresiones y
externar conceptos en torno a la pureza hecha carne, al
encanto personalizado, a esa ternura que te trastorna,
ese cúmulo de alegrías que te estremece, a ese ser tan
inteligente que para convencerte solo le basta mostrar sus
encantos, a ese ser tan enloquecedor que para cambiar
su punto de vista, solo debes coincidir con ella, a lo más
sublime, lo más delicado, ese mundo de enseñanzas
continua, llena de emociones particulares, que es capaz
de obedecer al hombre siempre que este le diga: Haz lo
que quieras; a la que el creador designo con el calificativo
de “mujer”, justo a ese ser le dedicare este articulo de hoy.
Haciendo uso de la facultad que me confiere mi condición
de escritor independiente, amante empedernido y soñador
sin fronteras, quien sumido en ese profundo mar de ansias
locas, deseos incipientes, ilusiones inacabadas, pasiones
renovadas y fantasías inconclusas, me voy a atrever a
desnudar los sentimientos de Ellas y navegando en lo
más profundo del sentir, cabalgando sin fin en la mezcla
de sentimientos e intereses, con simples palabras, trataré
de describir las características de cada una, para así y
solo así, poderlos ilustrar mis amigos lectores, en torno
su verdadero valor, su verdadero sentír y su forma de actuar.
Quiero empezar situándolo en dos únicos calificativos:
“Valor Absoluto y Valor Relativo”, para que dentro de ese
contexto práctico, poder llegar a expresar su pureza, su
forma de accionar y sobre todo, la razón de actuar, en
todas y cada una de las circunstancias en que se ven
envueltas, sean estas transitorias o de larga duración,
para ya inmerso en ese mundo de contradicciones, donde
el factor apreciación responde a intereses particulares
que nos permitirán describir y ayudar a interpretar el tipo
de mujer que nos acompaña en cada circunstancia de
la vida, fundamentalmente en aquellos momentos eternos,
matizados de los más sublimes y enloquecedores
encantos, donde puedes palpar la pasión y balbucear
los más nobles sentimientos.
En el argot popular, suelen acuñarse ciertas terminologías
para agrupar las mujeres, según sus características y en
función de la apreciación de su accionar, utilizando el pueblo
bellos términos, pero en ocasiones otros un tantos
despectivos en contra de ellas, olvidando que toda mujer,
sin importar su origen, formación, status y sitial, lleva consigo
dos valores simultáneos que interactúan entre sí definiendo
su personalidad, que son estos, un "valor absoluto y un
valor relativo".
El valor absoluto de toda mujer: Ese conjunto de
cualidades que conforman su ser, es un valor casi
inalterable, ya que en el mismo intervienen factores de
índole genéticos, que la hacen ser ellas, sin importar las
circunstancias que las envuelvan. Este valor es en esencia,
el más preciado, es el que la hace sentirse situada justo
donde su mente le ordene y todo hombre que atente contra
el mismo, simplemente está incurriendo en un desliz de
apreciación y la vida le cobrará con creces la indelicadeza
de prescindir de los más elementales matices calificativos.
El valor relativo en cambio, éste si que está gobernado por
su pensamiento, es un valor por lo regular transitorio, propio
de las circunstancias, que lo asume una mujer con carácter
efímero, en función de su conveniencia, sin que
necesariamente atente contra su personalidad. Este valor,
en ocasiones las hace romper las barreras de la prudencia
y los limites de los principios, para verter en un primer acto
todas esas ansias reprimidas que te llevarán a concentrar
en un matiz lineal, los siete colores del encantador arco iris.
Ahora bien, cuidado al asignarles valor a una mujer, puedes
morir en los avances, obtener de las rosas solo las espinas,
porque, aun estando consciente de que en la vida todo se
compra y todo se vende, no puedes dejar de lado el factor
valoración ya que un pequeño desliz te puede llevar a morir
en los avances, por no haberte situado en el punto de
partida ideal y eso te hace obtener de las rosas solo
las espinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario