Se me humedeció el corazón, se me mojó el alma, se me
empaparon las ganas y se me ahogaron los deseos...traté
de llamarte, te imaginé con ahínco y con anhelo, buscando
tu abrigo, tratando de cubrirme con la sombrilla de tu
cuerpo, evocando aquellos días de lluvia en que me cubrías
con tu piel y yo te obsequiaba con mis besos. Añoro ese
intercambio que se daba cuando bajo el olor de la lluvia tú
me amabas y yo .....mi vida te entregaba.
Miguel Ariza.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario