Descifrando la
incógnita de Melania Trump,
el centro de todas las miradas
Antes que Trump llegara
a la Casa Blanca, la prensa ha debatido
activamente no solo la biografía y la imagen
de Melania Trump, sino su aparente deseo de
mantenerse alejada de la primera línea política.
Medios como 'The New York Times' han apuntado
que la exmodelo eslovena puede no estar del todo
cómoda con el rol que le ha tocado desempeñar,
destacando su "comportamiento evasivo" y de
"esfinge". En esta línea, y como ejemplo de ello,
apuntan hechos como que Melania se haya
negado desde el primer momento a mudarse
con su marido a la Casa Blanca. Esta decisión
se justificó por su deseo de estar cerca de su
hijo Barron en Nueva York hasta que terminara
su año escolar.
Sin embargo, a pesar de este deseo de Melania
de distanciarse de los focos, en cada una de sus
apariciones públicas se convierte en 'blanco de
tiro' para la prensa y los internautas, que
inspeccionan hasta el más mínimo de los
detalles sobre su persona y sobre la relación
con su marido.
Como era de esperar, ya en la primera parada de
la gira por el extranjero de Trump, el nombre de
su esposa estuvo en boca de todos. En esta
ocasión fue por el código de vestimenta o,
para ser más precisos, por su interpretación.
Al aterrizar en suelo saudita, tanto Melania
como Ivanka bajaron del avión con la cabeza
descubierta y aparecieron en las reuniones
oficiales sin velo o 'hiyab'.
La presentadora Muna Abu Sulayman, conocida
como la 'Oprah de Oriente Medio', sostiene que
esta acción no es percibida como ofensiva por
los sauditas: "no obligamos a nadie a cubrirse
la cabeza, a menos que sea en un lugar para
la oración".
Tanto es así, que incluso algunos medios
locales alabaron el estilo elegido por Melania,
que parecía proponer un mensaje de armonía
entre Oriente y Occidente: su larga túnica negra
conjuntada con accesorios dorados constituían
algo moderno a la vez que tenía reminiscencias
del vestido tradicional de la mujer árabe:
la 'abaya'.
Los medios de comunicación
occidentales calificaron el estilo de la mujer
y la hija del presidente de "generador de
noticias" e hicieron referencia a su cabeza
descubierta, pero en un sentido diferente.
Algunas periodistas recordaron las palabras
de hace dos años de Trump, cuando publicó un
mensaje en Twitter criticando a la mujer de
Barack Obama por hacer exactamente lo mismo
que ha hecho ahora su esposa. Entonces, Trump
tildó de "ofensivo" el gesto de Michelle de no
cubrirse el cabello durante su visita a Arabia
Saudita.
Por su parte, la portavoz de la primera
dama explicó que Melania había
escogido cuidadosamente cada una de las
prendas que usó durante su primer viaje
internacional y recordó que el protocolo
oficial saudita no requiere a sus invitados
que se cubran la cabeza. Así, la canciller
alemana Angela Merkel y la primera ministra
británica Theresa May actuaron del mismo
modo este año.
¿Protesta silenciosa?
Tanta es la curiosidad que despiertan sus trajes,
que algunos han tratado de adivinar el
significado que hay detrás de su elección.
en detalle el vestuario escogido por la 'first lady'
durante su visita a Arabia Saudita; en particular,
su vestido caqui de inspiración militar y su traje
blanco, que destacaba enormemente entre los
de color negro que vestían el resto de mujeres.
La publicación definió estas elecciones como
una especie de "protesta silenciosa" contra las
tradiciones patriarcales de la región, donde la
segregación por género es la norma y las mujeres
se ven privadas de multitud de derechos.
Sin embargo, uno días más tarde, durante la
reunión con el papa Francisco en el Vaticano,
Melania siguió al pie de la letra el protocolo –
recomentable pero no obligatorio- de vestir
Más allá de los gestos
Su llegada a Israel estuvo
accidentalmente captado por las cámaras de los
periodistas. En plena alfombra roja del aeropuerto
de Tel Aviv y ante la mirada de toda la comitiva
local, Trump intentó tomar de la mano a Melania,
quien caminaba a su lado, pero la primera dama
la rechazó ágilmente con un gesto frío.
Rápidamente, los medios comenzaron a especular
sobre la causa de esta acción, afirmando desde
que Melania simplemente quería mantener las
apariencias hasta que decidió no cogerle la
mano a su marido para darle a entender que no
pareja presidencial aterrizó en Italia: durante el
saludo desde el Air Force One, Trump trató de
tomarle la mano a su esposa, un gesto que ella
rechazó apartando la mano para arreglarse el pelo.
Como era de esperar, en seguida empezaron
a surgir rumores sobre los posibles
problemas matrimoniales algunos medios
incluso reportaron que Melania en realidad odia
a su pareja en silencio-, aunque no es la primera
vez que este asunto ocupa las páginas
de los medios.
Durante la investidura de Trump, se viralizó
un video que parecía mostrar los verdaderos
sentimientos de Melania respecto a su marido.
En él, se apreciaba cómo cambiaba de expresión
en cuanto el presidente apartaba su mirada de
ella: su sonrisa aparentemente amigable se
convertía inmediatamente en un rostro serio.
Tras esta escena, se popularizaron en las
redes etiquetas como #FreeMelania ('Liberen a
Melania') y #SaveMelania ('Salven a Melania') -
que han vuelto a ser 'trending topic' en ocasiones
posteriores- e incluso algunos manifestantes de
la marcha celebrada por el Día Internacional de
la Mujer salieron con pancartas que jocosamente
rezaban: "Melania, parpadea dos veces si
necesitas ayuda" .
En esta misma línea, algunos medios han
insistido en la idea de que la propia primera dama
"está pidiendo auxilio en silencio", citando como
ejemplo de ello la ocasión en la que dio 'me gusta'
-algunos dicen que de manera accidental- a un tuit
del ecritor y productor Andy Ostroy. En
este, Ostroy había hecho una broma diciendo
que el único muro que el presidente Trump
ha construido es uno entre Melania y él.
Inmediatamente, la red social se incendió con
capturas de pantalla del polémico 'like', que fue
retirado como por arte de magia a los 45 minutos.
Su lado más humano
Pero hablando de gestos, estos no son los únicos
que llamaron la atención a la prensa internacional.
En una rueda de prensa tras la reunión de Donald
Trump y el presidente israelí Reuven Rivlin, las
esposas de ambos líderes llegaron al lugar
tomadas de la mano.
Melania trataba así de ayudar a Nehama Rivlin,
que padece fibrosis pulmonar y no podía caminar
al mismo ritmo que el resto de la delegación.
las redes, donde muchos alabaron esta muestra
de humanidad.
Otro motivo de elogio fueron las actividades
escogidas por la primera dama e Ivanka
Trump durante esta gira internacional. Por
ejemplo, sus eventos en Arabia Saudita se
centraron en el empoderamiento de las mujeres:
la primera dama visitó un centro de servicio
atendido solo por mujeres, mientras que su
hijastra acudió a una mesa redonda sobre los
derechos y las cuestiones de independencia
económica de las mujeres.
Con ocasión del viaje a Roma para reunirse
con el papa en el Vaticano, Melania visitó el
primer hospital para niños de Italia, fundado
en 1896, e Ivanka se reunió con mujeres
víctimas de trata.
¿Qué esconde su Twitter?
La documentalista y publicista estadounidense
Kate Imbach ha llevado a cabo un exhaustivo
estudio del comportamiento de Melania en
Twitter en los últimos años con el objetivo
de determinar cómo se percibe a sí misma –
consciente o inconscientemente- en su papel
de primera dama.
Así, presta especial atención a una 'selfie', la
única posteada junto a su marido en tres años.
En ella predomina el paisaje y contrasta el hecho
de que mientras la cara de Trump aparece en su
totalidad, de Melania solo se ven sus ojos
y en la sombra.
¿Influencia en la sombra?
El comportamiento de la primera dama es
observado también desde el punto de vista del
poder de la jerarquía familiar. Mientras algunos
le asignan un papel de "víctima", otros se refieren
a ella como una "eminencia gris", un término
utilizado para describir a un consejero de
soberanos que opera de forma no oficial.
El portal Político hace hincapié en que no hay
que subestimar la influencia de Melania en los
asuntos de su marido, destacado que ostenta
"un silencioso rol" de "observadora privada"
que contrasta con su imagen pública. Fuentes
cercanas apuntan que Melania es una de las
pocas personas a las que el presidente llama
en plena noche para pedirle opinión y consejo.
Asimismo, la describen como una "ávida
consumidora de noticias" que alerta a su marido
sobre las historias que ella piensa que le pueden
hacer quedar mal.
La publicación afirma que la primera dama
se muestra escéptica acerca del portavoz oficial
de la Casa Blanca, Sean Spicer, y que está
seriamente preocupada por los ataques anónimos
que Trump pueda recibir por parte de miembros
de la Administración presidencial.
"Ella estaba preocupada cuando hubo esas
ridículas reacciones a unas declaraciones de
Trump. [Trump] nos decía: 'Melania dice esto'
'Melania me dijo aquello'", cuenta el
exconsejero de su campaña, Sam Nunberg.
Por su parte, Roger Stone, viejo amigo
de Melania, sostiene que ella es mucho más
razonable de lo que se tiende a pensar: "es muy
reservada y muy inteligente. Cualquiera que crea
que es un maniquí, se equivoca". Otro antiguo
amigo, el exagente de modelos Paolo Zampolli,
dice que ella "ama incondicionalmente" a su
marido y se preocupa realmente por él y trata
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