Pinceladas de la Prostitución
Subliminal..
Como cada Domingo de la magistral pluma
del Ingeniero Leonardo, un tema tan interesante
como todos los que siempre escribe.
Leamos a continuación...
Hoy dedicamos el espacio dominical, a unas
reseñas superficiales con matices tangenciales,
de aquel ser que en ocasiones se arropa con
su traje de la noble pulcritud, hecho justo a su
medida, para esconder tras sus garras sus instintos
pasionales por el negocio más viejo del mundo,
el negocio del trafico de caricias, trafico de
placeres, trafico impuros y codiciados encantos,
pero que su formación y su sitial, le limita
para su ejercicio público y abierto.
Ese trabajo sexual si se hace abiertamente, no
está del todo mal, malo es cuando se lleva a
cabo disimuladamente, manejando doble
personalidades, violentando principios,
transgrediendo preceptos, vulnerando
predicas habituales e hiriendo
nobles sentimientos.
Si nos sumergimos en una cortina de
humo y nos exponemos al viento para
trasladamos un poco atrás en la historia de
la sexualidad y nos enmarcamos en ese mundo
erótico, ese mundo carnal que por todo una vida
ha sido el eje central de las motivaciones del
vivir y las razones del existir; nos vamos
a encontrar con un sin número de episodios
como los vistos en el nuevo testamento, donde
los apóstoles en ocasiones, se convertían en
tejedores de ilusiones al servicio de Jesús
y muchas veces de ellos mismos.
Tal es el citado caso María Magdalena,
a quien se dice que despojaron de demonios
que llevaba consigo, a cambio de poner su
encantador y codiciado cuerpo al servicio
de Jesús y sus apóstoles, durante su predicación
en Galilea, donde participaron otras mujeres
más que vendieron sus cuerpos a cambio
de la salvación y el perdón
de sus pecados.
Esta actividad de las trabajadoras del sexo;
esas mujeres que con sus dos pechos como
gemelos de gacela que se apacientan entre
lirios, que hacen hablar los labios de los que
las tocan, que hacen converger en un mismo
punto los vientos del norte con los vientos
del sur y al soplar el huerto de tu cuerpo te
transportan al infinito con su aroma; no
son ellas las que motivan el articulo
de hoy ya que el trabajo que hacen
las mismas, viene aprobado desde
La Grecia clásica, La antigua Atenas,
Los Romanos, Los Egipcios, quienes
la han practicado con toda naturalidad,
lo que le da un carácter casi universal.
Esa prostitución es practicada hasta por
el reino animal, como vemos en los Pingüinos
que intercambian sexo por piedras para construir
sus nidos y los chimpancés enanos lo
hacen por comida.
A lo que me quiero referir es a la prostitución
ejercida por aquellas mujeres que juegan con lo
sagrado y sublime del amor. Las que entregan sin
pudor sus apetitos insanos. Aquellas mujeres
que simulando ser una gran señora, promueven
subliminalmente las partes más atractivas
de sus cuerpos.
Aquellas que a pesar de presentarse ante
la sociedad a la cual pertenecen como
grandes señoras, no están seguras de sí
mismas, dado que componentes del pasado
pernotan indefectiblemente en sus
inconscientes, llevándolas a vivir sumidas
en un estado de indecisiones. Aquellas
mujeres que priorizan parte de su cuerpo
y los envían como un mensaje subliminal
a las redes sociales, para conseguir adeptos.
Esas mujeres que son capaces de jugarse
el todo por el todo, con tal de promover sus
cuerpos. Esas mujeres que dejan de a un
lado sus escrúpulos, con tal de satisfacer
sus egos, sus soberbias, sus arrogancias,
sus presunciones y sus aires
de grandezas.
Justo a esas mujeres dedico mi tema de hoy,
pero ya el espacio reservado para el mismo,
se ha agotado.
Ramón Leonardo..
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